Angie Lu y su luz poética

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Nunca se es demasiado viejo para establecer un nuevo objetivo, o para soñar un nuevo sueño”. Clive Staples Lewis (1898-1963).

Lucy Angélica García Chica, conocida como Angie Lu, (N. El jueves 27 de agosto de 1970 en la Provincia de Manabí,  República del Ecuador). Hija de Tomás García y Adelaida Chica, su niñez fue sumamente invadida de fragancia  siendo predilecta hija de sus padres. Lucy es madre de Luis y Luciana,  es escritora, poeta, maestra, es columnista del Periódico El Sol de Cartagena, Colombia, del Diario La Tribuna de Toluca, México y de la Revista Top Magazine de Orlando Florida EE.UU.

Estudios académicos

Estudió su bachillerato en el Centenario Colegio Nacional Eloy Alfaro de Bahía de Caráquez , luego estudió Filosofía y letras en la Universidad Central del Ecuador, luego prosiguió estudiando en la Universidad Estatal de Guayaquil, por más de 20 años ha ejercido su profesión como maestra, actualmente ostenta el título de Licenciada en Educación General Básica, también  cursa estudios de inglés…

¿Qué temas te inspiran a desahogar tus sentimientos?.

Angie: –Los corredores de mi colegio, el mar, la brisa, las gaviotas haciendo círculos en el aire, eran motivos de mi inspiración, mi temática de más preferencia es el anhelo de descifrar el amor, como la esencia de Dios en cada ser. Así mismo trenzo otros valores como la Fe en un Creador infinito, de quien emana toda la energía, y es la fuente de la vida, de la poesía misma que fluye de los seres de Luz..

Poetas favoritos

A los 10 años inició a escribir sus primeros versos en su libreta de estudiante, la poesía del poeta Guayaquileño Medardo Ángel Silva, (1898-1919), tuvo gran impacto en sus inicios literarios, entre los principales escritores y poetas favoritos están;  Pablo Neruda, Amado Nervo, Gabriela Mistral, Isabel Allende, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Rubén Darío, Octavio Paz, entre otros.

Libro “Una luz al final del túnel”

Desde hace varios años empezó a escribir poesía epistolar (cartas a Dios) las cuales  forman parte de su primer libro autobiográfico:  “UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL”, cuyo contenido cuenta su propia historia, además de testimonios de mujeres que al igual que ella están  en proceso de reivindicación de sus vidas, en esta época importante encuentra su identidad espiritual a través del estudio de Raíces Hebreas, y redescubre su vocación al conocimiento de Dios como el eje de  su vida y el anhelo de cada ser que busca incesantemente la verdad y su misión en su existencia.

¿Cuál es tu objetivo de escribir?.

-Mi máximo objetivo es transmitir sensaciones, considero fielmente que escribir es una conexión con el universo, el cual abre la más depurada inspiración para describir la belleza de un paisaje, de la vida, del amor,  la divinidad del ser humano como creación de Dios y  al mismo tiempo,  la compleja forma de entender su coexistir.

Herencia del talento literario

Si dudarlo asegura que su talento literario “es herencia de mi  abuelo paterno, de origen Colombiano, quien era compositor de coplas”. Angie Lu y su luz poética por mucho tiempo estuvo absolutamente en la oscuridad entre sus hijos trabajo y estudios su tiempo se ha consumido, pero en estos últimos años se ha dedicado con exclusivo acento a vivir profundamente su mundo poético, tiene más de 200 poemas inéditos, también está escribiendo una novela que probablemente para finales  del presente año pueda publicar dos libros uno de poesía y su primer novela.

“Déjame seguir con la crayola”

Yo he tenido el placer de leer  muchos poemas de Angie, cada verso de ella provoca infinita luz y enriquecedora meditación, uno de sus poemas más reflexivos que he leído es; “Déjame seguir con la crayola”, es una composición inspirada en los niños que trazan en sus dibujos y pintura sus más puros anhelos de felicidad. Comparto la última estrofa de este hermosísimo himno poético: “Déjame plasmar en mi universo imaginario, / solamente bonanzas, / deja que en mi mundo aun pequeño. / Yo pueda  sembrar nuevos sueños, / déjame seguir con la crayola, / y en el papel plasmaré mi sonrisa,  mi esperanza y mi plegaria, / para que en un   sendero del camino, / encuentre  aquel mundo imaginario  con colores de verdad y de bonanzas, hecho realidad”.

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